Estefanía Martín es bióloga y educadora ambiental. Su empresa Ecolocaliza, que comparte con Rocío Espada es un ejemplo de cómo la ciencia, la educación y el turismo se pueden aunar para conseguir un entorno más sostenible.
Tras una larga trayectoria estudiando las poblaciones de cetáceos que se pueden observar en la Bahía de Algeciras y el Estrecho de Gibraltar Oriental fundaron una empresa apoyada en tres pilares inseparables: el avistamiento responsable de cetáceos, la educación ambiental y la investigación. Una nueva forma de hacer turismo es posible, como Estefanía Martín nos descubre en esta entrevista.
¿En qué consiste el avistamiento respetuoso de cetáceos?
El avistamiento de cetáceos, sin incluir la palabra respetuoso, es la observación de delfines y ballenas en libertad. En España y en otros países, existen protocolos y leyes, en concreto aquí nos regimos por el Real Decreto 1727/2007 por el que se regula la protección de estos cetáceos. Las directrices son sencillas, por ejemplo, no se puede cortar el rumbo de los animales, no puedes perseguirlos, hay que acercarse en paralelo dejando una distancia de seguridad, no puedes alimentarlos ni bañarte con ellos.

Son normas de sentido común, pero no siempre se cumplen. Por eso, el avistamiento responsable consiste en respetar esta ley e incluso ampliar estas medidas de protección. Se trata de observar a los animales respetando su espacio, su comportamiento y sin provocar cambios en su medio.
El turismo de naturaleza siempre debería ser respetuoso, aunque por desgracia no siempre se cumple. Nosotras nos pusimos esta coletilla de avistamiento responsable con el objetivo también de concienciar y que el mensaje llegue a cuanta más gente mejor.
¿Cómo es una jornada de expedición con Ecolocaliza?
Tenemos distintas líneas de trabajo, todas basadas en la investigación para la que contamos con la colaboración del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Sevilla. Ellos nos ayudan a interpretar los datos que recabamos en nuestras salidas para darles una salida en el ámbito de la investigación, ya que nuestro objetivo principal es la mejora de la conservación de estas especies marinas.

Tenemos varias formas de observar a los animales, siempre desde ese punto de vista de la investigación. Una de estas modalidades es desde tierra y otra desde el mar.
Desde el mar, salimos con un velero de 13 metros de eslora, normalmente desde la Bahía de Algeciras y parte del Estrecho de Gibraltar Oriental. Navegamos para buscar delfines o ballenas dependiendo de la temporada y los observamos. Tomamos datos de lo que están haciendo siempre de forma responsable y respetando el protocolo. Enseñamos a los visitantes qué especies estamos avistando, qué hacen y cuáles son las amenazas a las que se enfrentan estos animales y cuál es su estado de conservación. Las jornadas pueden ir desde 4 horas a un día entero.
Ofrecemos la oportunidad también de hacer estos avistamientos desde tierra. Esta actividad forma parte del “Proyecto Rorcual Común del Estrecho Oriental”, del que ya hemos comenzado la temporada y en el que se puede observar y estudiar la migración del rorcual común, la segunda ballena más grande del mundo. Esta migración se produce del Mediterráneo al Atlántico durante la primavera y hasta el otoño. Las ballenas se acercan mucho a las costas de la Línea de la Concepción y tenemos la suerte de poder verlas con los prismáticos desde tierra.
Este proyecto además de servir para la investigación forma parte de la llamada ciencia ciudadana, que tiene como objetivo involucrar a la ciudadanía que tiene una formación previa, en el estudio científico. Así, gente que estudió carreras relacionadas con la biología, pero no está ejerciendo o aquellas que sí trabajan en el sector, pero quieren ampliar conocimientos o experiencia, pueden involucrarse en esta investigación para favorecer la conservación de estos animales.
¿Cómo abordáis la educación ambiental desde Ecolocaliza?
Nosotros tenemos tres pilares: los cetáceos, la investigación y la educación ambiental. En todas nuestras travesías y avistamientos desde tierra ponemos en marcha una línea de educación ambiental porque nos parece muy importante. Nuestro lema es “conocer para proteger”, ya que, si la gente no conoce su entorno y lo que pasa con estos animales, es muy difícil que nazca esa necesidad por protegerlos.

También trabajamos con colegios e institutos con un programa amplio de actividades. En la Casa de la Cultura de La Línea hacemos actividades extraescolares los martes y jueves en las que enseñamos a los niños de 6 a 12 años conceptos relacionados con la biología marina. Los niños aprenden en talleres de una hora de duración en los que les acercamos lo que ocurre en el mar.
Cualquier asociación o entidad puede solicitar que hagamos un taller con ellos y realizamos actividades en la calle, como montar mesas informativas en centros comerciales para acercar al público todos los recursos naturales que tenemos en el Campo de Gibraltar relacionados con el mar. Por desgracia tenemos muchos problemas ambientales y la gente vive de espaldas a ellos porque nadie se los acerca.
En vuestra web afirmáis que “El desconocimiento es una de las cosas más dañinas para la naturaleza”. ¿Qué aporta Ecolocaliza para fomentar el respeto al patrimonio natural?
Nosotras acercamos a cualquier ciudadano de cualquier edad el patrimonio natural y les hacemos ver la importancia que tienen estos recursos y cómo realmente dependemos de ellos.
Si atraemos un tipo de turismo responsable, que consuma en nuestras ciudades, que vengan a dormir aquí, coman en los restaurantes y conozcan nuestra gastronomía y vivan nuestras playas de forma sostenible, también contribuimos a que la gente se de cuenta de que tenemos que proteger todo esto.
Otra de nuestras iniciativas es “Keep the Whales in La Línea”. Se trata de la recuperación de un ejemplar de Rorcual Común varado en la costa linense en 2019. Este proyecto corre a cargo del ayuntamiento de La Línea y la Diputación de Cádiz y nosotras lo conseguimos mediante una licitación. En la actualidad se están realizando los trabajos de limpieza, preparación y restauración de los huesos de ballena. Estamos contando con la implicación de los linenses en este proceso, sobre todo de la comunidad escolar. La Línea dentro de un año tendrá este esqueleto de ballena para lucirlo y enriquecer la oferta turística y educativa en torno a los cetáceos. El trabajo de restauración es muy delicado y por eso contamos con el asesoramiento de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario.
Con este proyecto se pretende que la zona se convierta en un referente del avistamiento responsable, que la financiación revierta en las empresas de la zona y que la ballena se convierta en una herramienta de educación, concienciación y conservación.
¿Qué importancia tiene la sostenibilidad para el desarrollo económico y social de la zona?
Estamos en un punto a nivel global de no retroceso en cuanto al cambio climático. Pero nunca debemos tirar la toalla. En ese sentido el único camino que tenemos es intentar vivir de la forma más sostenible posible. Aunque, y es una opinión muy personal, estamos despojando a la palabra sostenible de su significado por utilizarla demasiado.
Tanto a nivel individual como colectivo, como sociedad, todo nuestro comportamiento debe ser lo más respetuoso posible. Hay muchas formas en las que como individuos nos podemos unir a este cambio. También lo puede hacer una ciudad, siendo más verdes. Hemos vivido mucho tiempo quitando espacios verdes a nuestras ciudades, cosa que debe de cambiar. No nos queda más remedio si queremos asegurar el futuro de los niños que han nacido ahora y de las próximas generaciones.
Con respecto a la economía, hemos organizado junto con un grupo de expertos el proyecto “Citizens by Planet”. Es una organización de ciencia ciudadana que busca abordar el cambio global a través de un modelo de participación comunitaria e investigación.
Ya hemos celebrado dos foros, pronto será el tercero y precisamente pusimos sobre la mesa la palabra desaceleración. Muchos se llevan las manos a la cabeza, pero no podemos seguir consumiendo de esta manera. Esto, nos guste o no, tenemos que abordarlo. En La Línea hay ejemplos de esto, el Ayuntamiento está trabajando en favor de un turismo más sostenible. La gente huye cada vez más del turismo de masas. Atraer el turismo local a nuestras ciudades y que sea respetuoso es otra clave.
¿En qué influye la investigación científica que realizáis en vuestro proyecto empresarial?
La investigación es la herramienta que nos permite demostrar la crisis climática. Pero también nos da indicios de cómo actuar. La política, la economía, los ciudadanos… Todos debemos conocer los avances científicos. Pero es cierto que el idioma en el que está escrita no lo entiende mucha gente. Hay que traducir esta información, que haya más divulgación medioambiental para que el mensaje cale en la gente.
Alcanzar esta conexión entre ciencia, ciudadanía y política es un reto del siglo XXI, pero solo si se escuchan y se tienen en cuenta los avances científicos, los ciudadanos comprenderán hacia dónde nos dirigimos y votarán de forma consciente obligando a los políticos a tomar decisiones más efectivas.
La ciencia ciudadana es una buena herramienta. Por un lado, permite involucrar a las personas en los problemas ambientales de su entorno, calmar su preocupación y hacerlas formar parte de la solución. Además, promueve la evaluación pública de la investigación, desarrolla oportunidades para la transformación social y facilita la participación en la toma de decisiones políticas a través de contribuciones científicas.
Habéis puesto en marcha un servicio de formación: ¿cómo detectáis estas necesidades para ampliar vuestro modelo de negocio?
Esto surge por experiencia personal. Ecolocaliza la formamos mi compañera Rocío Espada y yo, y cuando decidimos que queríamos dedicarnos a los cetáceos detectamos que no había mucha formación. Sí que encuentras cursos sueltos o formación en el extranjero. Pero a nivel local no encontrábamos nada. Pensamos que sería bueno ofrecer esta formación en nuestro entorno, poder compartir nuestra experiencia y mostrarles la realidad. Por suerte, esta línea de trabajo ha ido a más. Nos hemos asociado con universidades, también nos demandan formación particular y la aceptación es muy buena.
¿Qué tipo de asesoramiento o ayuda habéis recibido para diseñar este modelo de negocio?
Cuando decidimos emprender, tuvimos mucha ayuda del CADE y también hicimos una formación con la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar. Además recibimos ayudas económicas para poder emprender. Estoy muy contenta con la ayuda que hemos recibido en Andalucía para emprender.
¿Qué consejo darías a las mujeres jóvenes que quieran poner en marcha su propia empresa?
Cuando decidí emprender le di muchas vueltas. Dediqué mucho tiempo a estudiar la viabilidad, hice un plan de negocio y tardé meses en valorarlo todo. No me arrepiento para nada, fue una de las mejores decisiones de mi vida. Para mí no hay nada mejor que ser mi propia jefa, disponer de mi tiempo y conocer mi valía.
Mi consejo es que definan muy bien lo que quieren hacer. Yo invertí mucho tiempo en decidir la idea de negocio. Para sacar adelante una empresa tienes que tener mucha pasión y tener muy claro cuáles son tus objetivos. Les recomiendo el libro Encuentra tu ikigai, que habla de esto.
También hay que trabajar con perseverancia, hay momentos duros en los que quieres tirar la toalla. Pero también hay muchos momentos gratificantes, sobre todo cuando consigues logros, te empiezan a valorar y tú misma ves que estás en el camino que quieres seguir.